En mi graduación 1.0

En mi graduación 1.0
Viviendo la vida a tope

19 nov 2015

LOS AMIGOS NO SIEMPRE TIENEN 2 PATAS

Ya sabéis que desde hace unos cuatro meses hay un nuevo miembro en la familia.

Noooooo, Mamá no se ha vuelto loca y ha decidido darme un hermanito. Conmigo y con Celia (especialmente conmigo) tiene de sobra.

Mi nuevo miembro en la familia, ya os lo presenté, es mi comandante de apoyo, en este viaje estupendo, llamado Wacca.

Wacca está siendo toda una revelación. Admito que a mi lo de los perros no me daba "buena onda". Era verlos y, o los ignoraba, o directamente no me acercaba a ellos. Me parecían todos un poco ruidosos, y demasiado besucones. Aunque la verdad, en tema besucones, no sólo los perros han hecho su trabajo, si no que también he tenido ataques de forma humana, jajajajajaja. Aunque nunca me ha importado, porque los besos me encantan.

El caso es que Wacca llegó a nuestras vidas en forma de bola peluda negra.

 

Y surgió el amor, flechazo a primera vista. Wacca y yo hemos conectado a la primera y Celia nos llama el "equipo de destrucción masiva". Lo que no se le ocurre a él, se me ocurre a mi, y lo que no termina él lo completo yo.

Mi estimulación al juego con él es muchísimo más elevada que con cualquier otro tipo de juego, y además hago estimulación encubierta. 

  • Con él trabajo el equilibrio. Con esos empellones que me mete, me desequilibra, pero no me hace caer, porque si no, sé que en el suelo me remata a lametón. También consigo levantar las rodillas para poder esquivarlo, porque cuando se pone en modo alfombra, no hay quien le mueva. ¡No sabéis lo que ha crecido!
  • Trabajo la motricidad fina, porque le doy la comida con un movimiento de pinza de los dedos que cada vez me sale mejor.
  • Trabajo la estimulación facial, porque no sabéis que bien se me da silbarle. Puede que sea un sonido cuya frecuencia solo escuche Wacca, es cierto, porque es imperceptible, pero estoy perfeccionándolo.
  • Trabajo el lenguaje, porque estoy aprendiendo a dar órdenes que él entienda. Ahí sí que nos queda mucho trabajo, porque entre que a mi no me sale y él no obedece, a veces tenemos serios conflictos. No obstante y cuando eso pasa, pasamos al plan B y utilizamos el lenguaje no verbal, que dominamos los dos perfectamente. Yo con gritos de excitación, y él con saltos de alegría. El entusiasmo que compartimos en esta relación nos une mucho, jejejeje.
Estamos en parrilla de salida, y la verdad es que no puedo estar más contento. Ya no es sólo lo que Mamá está maquinando para estimular el lenguaje, la atención y la iniciativa, sino que a nivel afectivo siento que tengo un amigo absolutamente incondicional. Si me encuentro bajo de forma, allí está él para animarme, o bien a que juegue con él y me quite la pereza de encima, o bien simplemente estando conmigo y haciendo que su sola presencia me reconforte.

Me huele a mi que esto es el principio de una gran AMISTAD. 

 





11 nov 2015

C.A.E.R.


Es curioso, que cuando empiezas en esto de trabajar de forma diferente por ser diferente, aún poniéndote objetivos como el resto de los demás, sabes que lo vas a enfocar de forma muy personalizada. No puede ser de otra forma. Pongamos como ejemplo: Aprender a andar. Tu objetivo es ese. Luego hay otro/s, pero primero te enfocas en ese, consiguiendo hitos pequeños que te lleven hasta allí, poco a poco. Imprimiendo tu estilo. Y te enseñan a voltearte, a girarte, a cargar peso, a tonificar el tronco, a mantenerte erguido....

Y cuando ya estás preparado, para ponerte de pie, para sostener el peso en tus piernas, lo primero que te enseñan, en este mundo de los que vamos más despacio, no es a dar un primer paso, sino a caerte. A saber caerte de culo, o de cara. A saber frenar la caída y amortiguar el golpe. A saber qué parte hay que apoyar primero para no hacerte daño. Como dice mi abuela, el culo no tiene nariz. 

No hay nada como saber caerte, para levantarte después con más impulso.

Curiosamente, ésta es una lección que jamás se te olvida y que además aplicas en el resto de tus aprendizajes. Me he dado cuenta de lo importante que es caerte, de lo que aprendes cuando caes, y de lo que lo significa cuando estás de pie. No habría uno sin lo otro.

Miro a mi alrededor, y percibo que la gente que me rodea quiere estar sólo de pie. Quiere el vuelo, el triunfo, el éxito, la risa perpetua, el placer inmediato. Siempre. A nadie le gusta caer, fracasar, ser rechazado, llorar. ¿Quién lo quiere?.

¿Y si no se trata de no quererlo? ¿Y si se trata de aceptarlo?. De entender que una cosa no se concibe sin la otra. Que el éxito viene acompañado del trabajo duro y del fracaso ocasional. De caerte y levantarte para empezar un nuevo día.

Que la aceptación social viene acompañada de haber sido objeto de la burla malintencionada de la gente ignorante y que sólo el que fue amigo estuvo allí para aceptarte como eres, para aceptarle como es. De caerte y que aquel que te quiere te ayude a levantarte. 

Que los placeres inmediatos, la risa dibujada en tu cara viene acompañada de las noches de llanto en soledad cuando crees que no podrás, que va a ser duro. De caerte y levantarte para apreciar los pequeños detalles que hacen grandes los días.

Igual que se deja fluir la risa, hay que dejar fluir el llanto. Igual que fluye el orgullo, hay que dejar fluir la frustración. Igual que se siente el éxito, hay que sentir la sensación de fracaso. 


Cada día caigo. Hay días que me duele, otros pasan desapercibidos. Hay días que se ríen y me hiere, y días que me uno con ellos en sus risas y nos caemos todos. Todo cuenta. Todo hace que forme parte de la persona en la que me estoy convirtiendo. Pero nunca me ha pasado que después de caerme, mi impulso más inmediato no haya sido levantarme.

                                  Confianza
                                     Amor
                                        Entusiasmo
                                           Resiliencia