Es curioso, que cuando empiezas en esto de trabajar de forma diferente por ser diferente, aún poniéndote objetivos como el resto de los demás, sabes que lo vas a enfocar de forma muy personalizada. No puede ser de otra forma. Pongamos como ejemplo: Aprender a andar. Tu objetivo es ese. Luego hay otro/s, pero primero te enfocas en ese, consiguiendo hitos pequeños que te lleven hasta allí, poco a poco. Imprimiendo tu estilo. Y te enseñan a voltearte, a girarte, a cargar peso, a tonificar el tronco, a mantenerte erguido....
Y cuando ya estás preparado, para ponerte de pie, para sostener el peso en tus piernas, lo primero que te enseñan, en este mundo de los que vamos más despacio, no es a dar un primer paso, sino a caerte. A saber caerte de culo, o de cara. A saber frenar la caída y amortiguar el golpe. A saber qué parte hay que apoyar primero para no hacerte daño. Como dice mi abuela, el culo no tiene nariz.
No hay nada como saber caerte, para levantarte después con más impulso.
Curiosamente, ésta es una lección que jamás se te olvida y que además aplicas en el resto de tus aprendizajes. Me he dado cuenta de lo importante que es caerte, de lo que aprendes cuando caes, y de lo que lo significa cuando estás de pie. No habría uno sin lo otro.
Miro a mi alrededor, y percibo que la gente que me rodea quiere estar sólo de pie. Quiere el vuelo, el triunfo, el éxito, la risa perpetua, el placer inmediato. Siempre. A nadie le gusta caer, fracasar, ser rechazado, llorar. ¿Quién lo quiere?.
¿Y si no se trata de no quererlo? ¿Y si se trata de aceptarlo?. De entender que una cosa no se concibe sin la otra. Que el éxito viene acompañado del trabajo duro y del fracaso ocasional. De caerte y levantarte para empezar un nuevo día.
Que la aceptación social viene acompañada de haber sido objeto de la burla malintencionada de la gente ignorante y que sólo el que fue amigo estuvo allí para aceptarte como eres, para aceptarle como es. De caerte y que aquel que te quiere te ayude a levantarte.
Que los placeres inmediatos, la risa dibujada en tu cara viene acompañada de las noches de llanto en soledad cuando crees que no podrás, que va a ser duro. De caerte y levantarte para apreciar los pequeños detalles que hacen grandes los días.
Igual que se deja fluir la risa, hay que dejar fluir el llanto. Igual que fluye el orgullo, hay que dejar fluir la frustración. Igual que se siente el éxito, hay que sentir la sensación de fracaso.
Cada día caigo. Hay días que me duele, otros pasan desapercibidos. Hay días que se ríen y me hiere, y días que me uno con ellos en sus risas y nos caemos todos. Todo cuenta. Todo hace que forme parte de la persona en la que me estoy convirtiendo. Pero nunca me ha pasado que después de caerme, mi impulso más inmediato no haya sido levantarme.
Confianza
Amor
Entusiasmo
Resiliencia
Te admiro, Asun. Por tu alegría, por tu optimismo, por tu risa, por tu fuerza, por tus ganas de vivir y de disfrutar de la vida. Pero también por tu capacidad para reconocer tus propios límites, para darte cuenta de que a veces es muy necesario llorar, desahogarse, gritarle al mundo que ya no puedes más... y, porque después de todo, consigues levantarte de nuevo, con más fuerza (si cabe) y con la misma alegría que antes de caer.
ResponderEliminarDe todas las cosas increíbles que vas a enseñar a lo largo de su vida a Pablo (y a Celia, no nos olvidemos), la de demostrarle que por muy dura que sea la caída siempre encontrarás fuerzas para volver a levantarte es, sin duda, la más importante de todas.
No podría enseñar nada que no me enseñéis vosotros. Mi familia, mis amigos. Gracias por estar ahí! Cuando río y cuando lloro. Sobre todo cuando lloro
ResponderEliminarQue hermosas palabras...me siento tan identificada... Si nos caemos, nos levantamos, y nos volvemos a caer y nos volvemos a levantar, esto funciona así. La vida se lo ha puesto un poco más difícil a nuestros peques pero conseguirán grandes cosas. Son unos luchadores, unos superhéroes día tras día. Me encanta como transmites tantas emociones, sentimientos... Me llegan al alma. Gracias asun, yo también te admiro mucho. Un beso
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