Hoy he decidido, porque me ha dado la vena, hablar de un colectivo muy importante para mi, y para seguro, otros que como yo, tenemos "pelín" más de dificultades.
MÉDICOS
La verdad, es que no tengo ninguna queja. Al revés. Es un colectivo importante y clave en mi desarrollo, al que tengo admiración y respeto y con el que me llevo fenomenal. Tengo mucha suerte porque en general siempre me he encontrado con buenos profesionales, que me han tratado estupendamente y con los que me he sentido bien respaldado. Los que no están en esta lista, que también he tenido (lista corta, porque solo recuerdo uno), afortunadamente desaparecieron y benditos fueron y paz dejaron.
Casi siempre hemos tenido la fortuna de tener una relación médico - paciente en la que el médico expone toda su experiencia y las decisiones se toman de forma consensuada. Lo más importante en esta buena relación es:
- Que el médico explique claramente los datos. A veces, los pacientes no necesitamos aprendernos las palabrejas, como hipoxia, o descargas punta-onda, o espasmos mioclónicos, pero sí necesitamos entender qué significan. Qué hay detrás de la palabra, qué pasa si estas palabras se convierten en actos. Para eso necesitamos médicos que se pongan al nivel del paciente y nos explique con el diccionario "médico-persona a pie". Se agradece el traductor.
- Que el médico aporte estadísticas, historiales pero me trate como único. En mi caso, los hechos son los que son. Tengo una displasia que está claramente identificada a través de una prueba médica llamada resonancia. Hay más niños con esta malformación, compartimos características, como un desarrollo cognitivo más lento, dificultades en lenguaje y sistema motórico, Y sin embargo, soy único. Porque puede que hable antes o después, porque puede que mi "error de sistema" esté localizado 2 cm más allá que el de mi compañero y eso hace que tenga mejor coordinación y peor visión. Yo que sé. Y sobre todo porque tengo MI carácter. El que yo me forjo, y el que hace que vea las cosas de forma diferente a los demás y afronte los retos diarios en mi único nombre. Eso el médico debe saberlo, valorarlo y respetarlo.
- Lo más importante. Que el médico sea HUMANO. Que es doctor, sí, lo sabemos. Y a veces les creemos con súper poderes (que los tienen). Pero no tienen todas las respuestas. Ya les gustaría a ellos y a nosotros. La grandeza de un médico reside en su humildad De entender que no siempre lo que funciona en la mayoría funciona en mi. Que puedo ser la excepción y también puedo ser la regla. Que en un momento determinado la opinión del Médico no es dogma de fe, sino opinión y se puede equivocar. No hay que dar por supuesto que solo ellos tienen la respuesta. Ni lo pueden hacer ellos, ni nosotros. Y para tomar decisiones, no sólo se puede tener en cuenta la valoración médica, si no un montón de factores que también me afectan, y de los que a lo mejor mi médico, por falta de tiempo o recursos no puede saber siempre.
Por eso, en un caso en el que me encuentro, en el que no damos con la medicación perfecta para controlar mis supuestas "no crisis", prefiero que me digas: "No lo sé". No sé porque no funciona, no sé porque esta medicación te produce tanta irritabilidad y ésta menos. Pregúntame cómo me encuentro, cómo me afecta el que me aumente la frecuencia de las "no crisis". Pregúntame qué tal en el Cole, o en Logopedia. Evalúa la importancia de que las "no crisis" sean mayores pero mi evolución cognitiva sea mejor. Dime que podríamos valorar a probar un cambio. Explícame las ventajas y los inconvenientes. Y decidamos conjuntamente. Esto, te hace un gran médico. Para mi fortuna, en este campo, yo cuento con dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario